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A veces un título, como El embrujo de Sevilla, puede enturbiar la primera aproximación a una novela. Quizás Carlos Reyles, su autor, también calculó el lastre negativo que, en el caso sevillano, podía arrastrar una imagen de ese tipo.
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El embrujo de Sevilla
A veces un título, como El embrujo de Sevilla, puede enturbiar la primera aproximación a una novela. Quizás Carlos Reyles, su autor, también calculó el lastre negativo que, en el caso sevillano, podía arrastrar una imagen de ese tipo.
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El embrujo de Sevilla
A veces un título, como El embrujo de Sevilla, puede enturbiar la primera aproximación a una novela. Quizás Carlos Reyles, su autor, también calculó el lastre negativo que, en el caso sevillano, podía arrastrar una imagen de ese tipo.
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Autor/a | Carlos Reyles |
Edición | Alberto González Troyano |
Descripción física | 17 x 22 cm., 304 p. |
Año edición | Ed. Facsimil Sevilla 2002 |
ISBN | 84-95020-93-9 |
Colección | Compás, 25 |
Nota | Con sello de biblioteca (procedente de expurgo) |
A veces un título, como El embrujo de Sevilla, puede enturbiar la primera aproximación a una novela. Quizás Carlos Reyles, su autor, también calculó el lastre negativo que, en el caso sevillano, podía arrastrar una imagen de ese tipo, pero, a pesar de ello, debió parecerle embrujo la palabra más acorde para sugerir las claves que él pretendía transmitir de la ciudad. Los párrafos finales de la novela atestiguan que en esa expresión literariia quiso apoyar sus conclusiones, ya que, una y otra vez, repite que en Sevilla "el poder de encantamiento es más general y visible que en otras partes, (que en ella) todo es hechizo, sortilegio (y) todos los círculos mágicos en la ciudad bruja".