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La desconfianza que, consciente o inconscientemente, tenemos hacia quien maneja nuestro dinero o la aversión que nos produce que alguien nos preste dinero y luego tengamos que devolvérselo con intereses ha hecho que la imagen del banquero se rodee de oscuridad y rechazo.
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Carlos V y sus banqueros, 3 vol.
La desconfianza que, consciente o inconscientemente, tenemos hacia quien maneja nuestro dinero o la aversión que nos produce que alguien nos preste dinero y luego tengamos que devolvérselo con intereses ha hecho que la imagen del banquero se rodee de oscuridad y rechazo.
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Carlos V y sus banqueros, 3 vol.
La desconfianza que, consciente o inconscientemente, tenemos hacia quien maneja nuestro dinero o la aversión que nos produce que alguien nos preste dinero y luego tengamos que devolvérselo con intereses ha hecho que la imagen del banquero se rodee de oscuridad y rechazo.
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Autor/a | Ramón Carande |
Prólogo | Bernardo Víctor Carande |
Descripción física | 3 vol. 24 x 16 cm, XXIV, 542 + XVI, 634 + X, 628 p., il., tapa dura |
Anexos | Caja |
ISBN | 84-7423-326-7 |
Colección | Serie Mayor |
Editorial | Crítica |
Nota | Con sello de ex libris |
Lo mismo sucedió en el siglo XVI. España pasaba por su momento dorado (jamás hemos vuelto a recuperar el prestigio de los reinados de Carlos V y Felipe II), la plata y el oro fluían a raudales de las Américas. Sin embargo, era ver aparecer los galeones por el horizonte de las costas de Cádiz y los metales preciosos que traían iban desapareciendo poco a poco con dirección a los puertos flamencos o genoveses.